“Quem contar
um sonho que sonhounão conta tudo o que encontrou
Contar um sonho é proibido”
-Pedro Ayres Magalhães- O Sonho.
Contar
un sueño podría ser un comienzo como otro cualquiera, en este caso
se trata del sueño en el que aparece por primera vez la dichosa
piedra
que falta.
Es
uno de esos sueños recurrentes, Lo recuerdo desde siempre y ha
cambiado poco a lo largo de los años. Podría decir que la primera
vez no tendría más de nueve años, aunque no estoy seguro de que
no lo hubiera soñado con anterioridad. La última hace dos noches,
desde el pasado 9 de enero lo he soñado en otras seis ocasiones,
antes soñé con el puente y la piedra que falta en septiembre de
2010.
Cuando
entro en él sé en todo momento que estoy soñando, todo es fluido,
nítido y aparentemente agradable mi yo del sueño se siente la mayor
parte del tiempo tranquilo, otra cosa es mi yo 'soñante', lo vivo
generalmente con inquietud, cierto recelo y aveces incluso como una
pesadilla todo tiene un aire sobrecogedor, de todos modos nada de lo
que aparece o sucede en el sueño me es ajeno o extraño y siempre he
tenido la sensación de que es un sueño importante... un gran
sueño!.
Unas
veces me veo desde fuera, es como estar viendo una película, un
larguísimo plano secuencia con un travelling imposible, solo en la
última parte se detiene la cámara... otras lo veo como vemos las
cosas en vigilia, digamos que se trata de una cámara subjetiva.
Siempre
es igual, camino por un puente blanco, ancho, contundente, arcos
chaparros y barandas en balaustre, cada tantos metros hay a cada lado
columnas algo cónicas y esbeltas por las que trepan adornos de
hiedra y coronadas con unas pantallas esféricas que emiten luz muy
blanca pero difusa. Tiene aceras a ambos lados hechas con planchas y
bordillo, la calzada es adoquinada todo de la misma piedra
pulida entre blanca y tono cremoso.
No
parece empezar ni acabar en ninguna parte, es un puente que no salva
ningún accidente geográfico, no hay nada, está suspendido en una
nada de ningún color. La luz resulta natural, agradable, acogedora,
pero no hay sol, la luz parece venir de todas partes además de la de
las farolas cónicas, eso sí todos los que aparecen en el sueño
tienen sombra.
Me
he soñado paseando por ese puente con todas las edades, siempre
camino y me cruzo con diferentes personajes, personas o que están
quietos, parados, en pie, o sentados o mirando hacia la nada o
caminando en sentido contrario al mio. A medida que me acerco o se
acerca alguno de estos personajes y los voy adelantando sucede algo
extraordinario, se abren, como si tuvieran una cremallera y de ellos
sale una pasta de la consistencia de un puré de patata muy espeso y
cremoso, es una pasta de colores muy vivos, contundentes, naranjas,
azules de todos lo tonos, verdes, rojos, incluso negro brillante o
amarillos, es espectacular, precioso, bonito y normal... algunos
personajes solo tienen pasta de un solo color, otros de varios, pero
siempre son manchas muy bien definidas como en un Miró.
Yo
camino dejando atrás a estos personajes que se abren y se
desparraman en esta pasta de color, a algunos los reconozco, pero no
sé quienes son otros simplemente son desconocidos. A medida que
avanzo cada vez hay menos gente y en algún momento distingo a
alguien, un hombre y me dirijo hacia él directamente. Se trata de un
hombre que ha superado la treintena, siempre vestido de oscuro, gris
o negro, puede tratarse de un traje o de un pantalón con un jersey y
siempre lleva al cuello un pañuelo blanco que le da un par de
vueltas al cuello. No diría que es guapo, pero sí de un atractivo
feroz, una sonrisa franca y una mirada azul e intensa, acogedora y
escrutadora, se mete en mi... El hombre siempre es más alto que yo y
me está esperando. Me coge de la mano, mejor dicho nos cogemos y
avanzamos en el mismo sentido en el que iba y aunque pocos seguimos
cruzándonos con personas que se siguen abriendo y desparramando en
colores.
Por
fin sin transición alguna llegamos a algún lugar, una colina algo
arbolada en medio de esa nada de ningún color, pero es de noche,
aunque no hay estrellas ni luna y no parece haber ningún foco de
luz, vemos perfectamente. En un calvero o claro hay un circulo de
piedras grandes, irregulares, más o menos de mi altura, entramos en
el círculo de unos cinco metros de diámetro por un lugar en el que
falta una piedra, el circulo tiene ocho piedras y falta la novena.
Mi
compañero me acompaña hasta el centro, y me enseña un pozo, un
agujero en el suelo, un agujero negro, de un negro brillante, me da
bastante miedo el susodicho pozo. El hombre me dice 'mira dentro', yo
miro y dentro hay más miedo... el caballero del pañuelo blanco me
pone la mano en el hombro y me señala el punto por el que hemos
entrado y me dice literalmente e invariablemente: 'Pon la piedra que
falta', es una orden y yo siento que no puedo desobedecer...
Hola Daniel,
ResponderEliminarYo no se nada sobre sueños, ni sobre nada en general. Despues de leer con atención tu escrito, se me ocurre lo siguiente:
Ocho piedras, ocho es el símbolo del infinito y un pozo negro, que da miedo. ¿Por qué crees que falta una piedra?, Yo creo que es correcto la novena piedra eres tú. Tu tienes en tí, el poder del universo infinito o convertirte en el miedo y caer al pozo.
Tu pones la piedra que falta, porque tu tienes la llave de entrar o salir, de viajar a las estrellas o caer en la más profunda de las negruras.
Inma
Gracias Inma...
EliminarRealmente en uno está la decisión...
"Un puente es un hombre cruzando un puente" Atravesar puentes sin dificultades es como devería ser el devenir de la vida; fluida, sin zancadillas, sin pedruscos en el camino.....
ResponderEliminarLos puentes siempre son cambios de situación por lo que sorprende que sea recurrente
"Amenazo" con analizarlo a fondo, entre tanto, "Un puente es un hombre......"
Tal vez en este caso vivo desde siempre en un cambio de situación...
EliminarCumple la amenaza...
;-)
Quería decirte que me gustó mucho tu sueño.
ResponderEliminarYo sé mucho de sueños, tanto que sobretodo sé que este no es el lugar para intentar interpretarlos. Pero como imágen, como cuento, como ilustración de algo es muy bonito.
a mi me hace pensar que siempre tiene que haber una piedra que falte, que tu puedes ser el hombre que nos lleva hasta el pozo y nos ayuda a acercarnos para que miremos, luego cada uno tendrá que poner la piedra que falta para dejarse ayudar o no, pero siempre tiene que faltar algo para seguir buscando...En un principio tu debes haber tenido un otro que te llevó de la mano hasta el pozo, eso te enseñó a acompañar a otros; seguro que en tu sueño te despiertas antes de poner la piedra que falta, porque si la pusieras ya nadie se podría asomar al pozo...
Un abrazo
Joe
Yo sigo mirando en el pozo, me he tirado... ¿Podré acompañar a alguién hasta el borde del pozo? ¿ Seré la persona adecuada?
EliminarQuizás, la piedra que falta puede que sea la que ha de faltar, o la que no faltó nunca porque nunca estuvo allí. Es posible que siempre vemos lugares en donde debería haber una piedra u otra porque no los aceptamos tal y como están. Puede que nuestra preconcepción de todo cuanto nos rodea nos impida avanzar. Ya sabemos cómo nos lastran los prejuicios. Siempre proyectando y creándonos expectativas que, cuando no se cumplen, nos producen decepción y dolor. Puede que la piedra que falte sea la que aisle mis emociones para poder ver el mundo sin demasiada implicación, cambiando el foco del "mi" al "si", ganando altura, visión periférica y horizonte abierto. Puede que esa piedra esté tan sólo para subirme a ella y elevarme. Puede, incluso, que esa piedra sea la que me permita ver la perfección en todo, tal y como es. Tal y como está.
ResponderEliminarGracias por este momento de reflexión matutina y de meditación.
Gracias a tí Carles... un fuerte abrazo...
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